Benedicto XVI reiteró su deseo de que Honduras “se encamine hacia la recuperación de la normalidad política y social”.ALEGRÍA POR “el acercamiento que Colombia y Ecuador han emprendido tras muchos meses de tensión” expresó ayer el máximo jerarca católico Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), durante la tradicional audiencia de Año Nuevo en el Vaticano con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
Diplomacia
“No hay una fecha definida” para que ambos países designen a sus embajadores tras reanudar las relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios, el 13 de noviembre pasado, precisó hace pocos días el canciller ecuatoriano Fander Falconí; pero el diplomático agregó que delegaciones se reunirán durante el primer trimestre de 2010 en el lado colombiano para tratar los requerimientos que Colombia y Ecuador han planteado, con miras a lograr un restablecimiento pleno de los nexos.
En el marco del proceso para la reanudación de las relaciones, que fueron rotas en marzo de 2008, Quito planteó que Bogotá deje de vincularlo con la guerrilla de las Farc.
Ecuador rompió los nexos a raíz del bombardeo colombiano contra un campamento clandestino de las Farc en su territorio que dejó 25 muertos, incluidos el jefe guerrillero Raúl Reyes, un ecuatoriano y cuatro mexicanos.
Falconí apuntó que “ya está consolidado” el proceso para la normalización total de los vínculos diplomáticos, dentro del cual su país también designó agregados militares.
“Habrá normalización de relaciones diplomáticas siempre y cuando haya una satisfacción plena del gobierno ecuatoriano sobre los requerimientos públicos”, añadió.
Paz Ratzinger, que reiteró su deseo de que Honduras “después de un tiempo de incertidumbre y agitación, se encamine hacia la recuperación de la normalidad política y social”, volvió a pedirles a quienes “pertenecen a cualquier grupo armado a que abandonen el camino de la violencia” y condenó “el terrorismo” a la vez que pidió la defensa del medio ambiente para garantizar una verdadera paz mundial.
“Se ha de mencionar el terrorismo, que pone en peligro muchas vidas inocentes y causa una difusa ansiedad", dijo el prelado en su discurso, durante el cual habló de los principales conflictos y amenazas que padece la humanidad, entre ellos los graves cambios climáticos y la carrera armamentista.
“En esta solemne ocasión, quisiera renovar el llamamiento que hice el 1 de enero, en la oración del Ángelus, a todos los que pertenecen a cualquier grupo armado, para que abandonen el camino de la violencia y abran sus corazones al gozo de la paz”, dijo.
En su pedido a favor de la paz en el mundo, el líder católico mencionó los principales conflictos del mundo, desde Irak y Afganistán, pasando por Oriente Medio, Irán, Pakistán y en especial África.
Ante los representantes de más de 170 países, Ratzinger admitió que el año que se inicia “está marcado por la crisis dramática que ha golpeado la economía mundial, provocando una grave y vasta inestabilidad social”.
El pontífice romano no olvidó a todos aquellos que se ven obligados “a abandonar su propia tierra”, a los emigrantes. “Frente a dicho éxodo, deseo exhortar a las autoridades civiles a trabajar con justicia, solidaridad y clarividencia”, agregó.
Ratzinger dedicó buena parte de su discurso al problema del medio ambiente, “un prisma de muchas caras”, lo calificó.
“Comparto la gran preocupación que causa la resistencia de orden económico y político a la lucha contra el deterioro del ambiente”, reconoció el jerarca tras criticar el fracaso de las negociaciones durante la cumbre mundial de diciembre de Copenhague sobre el cambio climático.
Para el pontífice es bueno tener claro que la defensa del ambiente “es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Si se quiere construir una verdadera paz”, afirmó.
“Quisiera subrayar que la salvaguardia de la creación implica una gestión correcta de los recursos naturales de los países, en primer lugar, de los más desfavorecidos económicamente”, dijo.
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